Casi 400 renuncias a la media beca de comedor


386 familias rechazaron la ayuda y Educación estimó 50 recursos
Cerca de 400 familias aragonesas renunciaron a la media beca ofrecida por el Departamento de Educación para costear el servicio del comedor escolar. Después de muchos meses de silencio, la Administración ha admitido que 386 de los inicialmente agraciados con la ayuda la rechazaron.
En principio, la renuncia se debería a no poder asumir la mitad del precio del comedor. Las medias becas propuestas desde el departamento suponían 48 euros --la mitad de los 96 en los que estaba fijado el coste del comedor-- pero numerosas familias se vieron obligadas a renunciar a la media beca por falta de liquidez.
Además, Educación también ha reconocido haber estimado medio centenar de recursos presentados por padres.
El elevado número de renuncias evidencia el fracaso del nuevo sistema de ayudas ideado por la Administración el curso pasado. De hecho, la propia consejera, Dolores Serrat, reconoció, a comienzos del curso 2011-12, que la gestión de las becas para comedor y material escolar fueron "el punto rojo". Además, la media beca apenas ha durado un año en el sistema educativo aragonés, ya que el departamento ha suprimido esta ayuda a cara descubierta al curso que viene.
La Administración no está satisfecha del resultado del nuevo sistema. El rechazo ya se produjo el pasado verano, cuando se implantó, pero se acentuó en el segundo trimestre, cuando la DGA ofreció ese tipo de ayuda a las casi 11.000 familias que se quedaron inicialmente en lista de espera a pesar de cumplir con los requisitos tras habilitar 3 millones de euros más --a principio de curso, la media beca llegó a alrededor de 5.000 familias aragonesas--.
 CRÍTICAS En ese sentido, el rechazo fue más numeroso ya que, además de las que no podían asumir la mitad del servicio, numerosas familias con opción a media beca tras la disposición adicional dispuesta por el Gobierno, ya habían dejado a su hijo en el comedor, asumiendo el coste íntegro del servicio. Los datos económicos aportados por las familias, así como los umbrales impuestos para poder acceder a una ayuda, también habrían contribuido a la decisión de prescindir del actual modelo y apostar por uno nuevo.
Las medias becas también recibieron severas críticas por parte de las familias y los propios centros. Incluso, los propios docentes decidieron, en numerosos casos, ayudar económicamente a familias en una situación dramática por falta de recursos, asumiendo, en algunos casos, el coste del comedor de su propio bolsillo.

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