Catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona y director del Observatorio Internacional de la Profesión Docente
Siempre ha existido el acoso de niños y adolescentes fuera y dentro de las escuelas. No se llamaba bullying (rechazo esa tendencia absurda a denominar todo acto social en lengua inglesa), sino acoso, pelea, agresión, confrontación, abuso, etcétera. Todos recordamos alguno o varios casos en nuestro recorrido educativo, pero no se hablaba ni se escribía sobre ello y lo que es peor no era tanta la agresividad que se abocaba. ¿Qué ha cambiado para que hayan, muchas denuncias y una conmoción social y mediática sobre el tema? (seguir leyendo)
Siempre ha existido el acoso de niños y adolescentes fuera y dentro de las escuelas. No se llamaba bullying (rechazo esa tendencia absurda a denominar todo acto social en lengua inglesa), sino acoso, pelea, agresión, confrontación, abuso, etcétera. Todos recordamos alguno o varios casos en nuestro recorrido educativo, pero no se hablaba ni se escribía sobre ello y lo que es peor no era tanta la agresividad que se abocaba. ¿Qué ha cambiado para que hayan, muchas denuncias y una conmoción social y mediática sobre el tema? (seguir leyendo)
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