La adolescencia y la temprana juventud es para cualquier persona una época de constantes cambios en todos los órdenes. La conciencia, el lenguaje, el pensamiento, la afectividad, la percepción, la atención, el juicio y la inteligencia se encuentran en pleno desarrollo. Todos los cambios fisiológicos, emocionales, escolares o familiares, son vividos como una experiencia nueva, importante, significativa, espléndida o, a veces, traumática. En la adolescencia la transición lo es todo y el mundo es nuevo cada día; esto hace al adolescente sensible y especialmente permeable a casi todo; a lo bueno y saludable y a lo que no lo es tanto o nada para su salud.
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