La Federación de Asociación de Padres (Fapar) ha mostrado su malestar ante el Ayuntamiento turolense por el retraso en la reintegración del vallado móvil en la plaza de Cristo Rey o de Las Monjas de Teruel que permitía utilizar una parte de este espacio público como patio del recreo del colegio público Pierres Vedel. El centro educativo, situado en pleno casco antiguo, no dispone de un adecuado recinto para el descanso matinal de los escolares.
Los representantes de Fapar consideran que el Ayuntamiento, que retiró estas instalaciones para la celebración de las fiestas de la Vaquilla, debería haber repuesto ya la valla ante la inminencia de la apertura del curso escolar, prevista para el próximo 6 de septiembre.
Agregaron que si este elemento, que delimita una porción de la plaza únicamente durante el horario de recreo escolar, ha pasado por la Comisión Provincial de Patrimonio, «es porque reúne las condiciones necesarias», explicó la secretaria de la Federación, María José Izquierdo. «Fue preciso enviar a Patrimonio hasta cuatro proyectos diferentes, por las exigencias de la institución, y este sistema no se puso en marcha hasta enero de este año, con medio curso ya completado», subrayó. «No creemos que sea ahora el momento de modificar los planteamientos de un proyecto que ha costado tanto diseñar y que ya obtuvo luz verde», matizó.
Desde el Ayuntamiento reconocieron que este sistema de cerramiento se está replanteando ante la presión ejercida por ciertos sectores de las asociaciones vecinales del Centro Histórico, que no ven con buenos ojos el nuevo elemento de la plaza de las Monjas.
Otra alternativa a estudio
La concejala del área de Educación, Mari Carmen Muñoz, dijo que «ante las crítica que ha suscitado, se está estudiando la mejor solución posible para que los niños se puedan mover en su tiempo de recreo».
Explicó, no obstante, que si en este tiempo que resta para la apertura del curso no se ofrece una alternativa mejor, se optaría por instalar nuevamente la valla móvil. «Los niños no se van a quedar sin el patio más adecuado», apostilló Muñoz.
Hace unas semanas Fapar entregó un escrito al Ayuntamiento turolense recordando la urgencia de reinstalar la verja antes del 6 de septiembre, sobre todo, teniendo en cuenta que durante las primeras semana los estudiantes tendrán jornada continua, algo que requiere necesariamente un espacio donde pasar el recreo. La nota, sin embargo, no ha tenido hasta ahora respuesta, según afirman los representantes de los padres.
María José Izquierdo recalca que si este retraso obedece a la voluntad por parte del Consistorio de mejorar el sistema «nunca nos opondremos», pero recordó la necesidad de que los escolares del colegio Pierres Vedel «tengan el mismo derecho que el resto de colegios a descansar adecuadamente».
El colegio, uno de los más antiguos de la capital, registró el año pasado una matriculación de 172 alumnos. En el centro únicamente se dispone de un patio de 380 metros cuadrados, rodeado por muros de más de tres plantas, al que solo acceden los niños más pequeños. «El espacio es tan reducido que los estudiantes no practican deportes. Las canchas de baloncesto, por ejemplo, no pueden estar enfrentadas, sino una al lado de la otra», advertía Izquierdo.
Mejor rendimiento
La representante de Fapar recordó la importancia de los patios de recreo para la buena predisposición de los niños al estudio en las aulas. «Necesitan realizar actividades dinámicas, para que luego regresen a las clases sin estrés», dijo.
Agregó que durante el tiempo en que los alumnos permanecieron en las instalaciones del colegio de Educación Especial, un centro de grandes dimensiones al que fueron trasladados mientras se efectuaban obras de reforma en el Pierres Vedel, «se pudo comprobar una mejoría en su comportamiento, su nivel de atención, y rendimiento». «Esto demostró los beneficios de tener espacios de suficientes dimensiones para el esparcimiento de los alumnos», añadió. El colegio Pierres Vedel es el que concentra un mayor número de escolares de otras nacionalidades. Fuente: Heraldo de Teruel 27.08.11
Los representantes de Fapar consideran que el Ayuntamiento, que retiró estas instalaciones para la celebración de las fiestas de la Vaquilla, debería haber repuesto ya la valla ante la inminencia de la apertura del curso escolar, prevista para el próximo 6 de septiembre.
Agregaron que si este elemento, que delimita una porción de la plaza únicamente durante el horario de recreo escolar, ha pasado por la Comisión Provincial de Patrimonio, «es porque reúne las condiciones necesarias», explicó la secretaria de la Federación, María José Izquierdo. «Fue preciso enviar a Patrimonio hasta cuatro proyectos diferentes, por las exigencias de la institución, y este sistema no se puso en marcha hasta enero de este año, con medio curso ya completado», subrayó. «No creemos que sea ahora el momento de modificar los planteamientos de un proyecto que ha costado tanto diseñar y que ya obtuvo luz verde», matizó.
Desde el Ayuntamiento reconocieron que este sistema de cerramiento se está replanteando ante la presión ejercida por ciertos sectores de las asociaciones vecinales del Centro Histórico, que no ven con buenos ojos el nuevo elemento de la plaza de las Monjas.
Otra alternativa a estudio
La concejala del área de Educación, Mari Carmen Muñoz, dijo que «ante las crítica que ha suscitado, se está estudiando la mejor solución posible para que los niños se puedan mover en su tiempo de recreo».
Explicó, no obstante, que si en este tiempo que resta para la apertura del curso no se ofrece una alternativa mejor, se optaría por instalar nuevamente la valla móvil. «Los niños no se van a quedar sin el patio más adecuado», apostilló Muñoz.
Hace unas semanas Fapar entregó un escrito al Ayuntamiento turolense recordando la urgencia de reinstalar la verja antes del 6 de septiembre, sobre todo, teniendo en cuenta que durante las primeras semana los estudiantes tendrán jornada continua, algo que requiere necesariamente un espacio donde pasar el recreo. La nota, sin embargo, no ha tenido hasta ahora respuesta, según afirman los representantes de los padres.
María José Izquierdo recalca que si este retraso obedece a la voluntad por parte del Consistorio de mejorar el sistema «nunca nos opondremos», pero recordó la necesidad de que los escolares del colegio Pierres Vedel «tengan el mismo derecho que el resto de colegios a descansar adecuadamente».
El colegio, uno de los más antiguos de la capital, registró el año pasado una matriculación de 172 alumnos. En el centro únicamente se dispone de un patio de 380 metros cuadrados, rodeado por muros de más de tres plantas, al que solo acceden los niños más pequeños. «El espacio es tan reducido que los estudiantes no practican deportes. Las canchas de baloncesto, por ejemplo, no pueden estar enfrentadas, sino una al lado de la otra», advertía Izquierdo.
Mejor rendimiento
La representante de Fapar recordó la importancia de los patios de recreo para la buena predisposición de los niños al estudio en las aulas. «Necesitan realizar actividades dinámicas, para que luego regresen a las clases sin estrés», dijo.
Agregó que durante el tiempo en que los alumnos permanecieron en las instalaciones del colegio de Educación Especial, un centro de grandes dimensiones al que fueron trasladados mientras se efectuaban obras de reforma en el Pierres Vedel, «se pudo comprobar una mejoría en su comportamiento, su nivel de atención, y rendimiento». «Esto demostró los beneficios de tener espacios de suficientes dimensiones para el esparcimiento de los alumnos», añadió. El colegio Pierres Vedel es el que concentra un mayor número de escolares de otras nacionalidades. Fuente: Heraldo de Teruel 27.08.11
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