1. Positivismo
Las pantallas nos sirven para comunicarnos, informarnos, aprender o divertinos. Estas nuevas tecnologías están llenas de oportunidades, y aunque posean algunos retos, hay que apostar por utilizarlas buscando todas ellas. Los niños y adolescentes son muy susceptibles a la imposición de normas por lo que es aconsejable hablar en positivo y ofrecerles todos los recursos ventajosos y no sólo mostrarles aquello que no deben hacer.
2. Basado en la realidad
Los mensajes han de ser comprensibles y adaptados a la edad de cada alumno. Un recurso muy utilizado es comparar el uso de las tecnologías digitales a la vida real. Por ejemplo, si no hablamos en la calle con cualquier desconocido ¿por qué lo hacemos en Internet? En la sección “Vídeos” puedes encontrar más ejemplos al respecto.
3. Dar por qués: favorecer el diálogo
Es fundamental enteder las necesidades de los alumnos interactivos y la mejor manera es hablar con ellos. Una buena oportunidad es explicar por qué nos gusta que utilicen una determinada web o por qué la escuela posee normas respecto a los celulares. Estar de acuerdo o no será libre, pero hemos sembrado un pequeño argumento que pueden llegar a entender.
4. Implicarse
Educar en las pantallas exige el conocimiento de las herramientas existentes para poder solucionar dudas en el aula. Para ello es recomendable usar la tecnología y comprender sus usos, sus oportunidades y sus retos perdiendo el miedo a lo desconocido e incluso comentiendo un error y buscando la mejor solución. En definitiva, pongámonos en la piel de la Generación Interactiva.
5. El ejemplo, el mejor consejo
Los niños y adolescentes son imitadores en potencia. Aquello que ven, lo hacen. Entonces, ¿por qué no acompañamos a la Generación Interactiva mostrándoles cómo usamos correctamente las nuevas tecnologías?
Las pantallas nos sirven para comunicarnos, informarnos, aprender o divertinos. Estas nuevas tecnologías están llenas de oportunidades, y aunque posean algunos retos, hay que apostar por utilizarlas buscando todas ellas. Los niños y adolescentes son muy susceptibles a la imposición de normas por lo que es aconsejable hablar en positivo y ofrecerles todos los recursos ventajosos y no sólo mostrarles aquello que no deben hacer.
2. Basado en la realidad
Los mensajes han de ser comprensibles y adaptados a la edad de cada alumno. Un recurso muy utilizado es comparar el uso de las tecnologías digitales a la vida real. Por ejemplo, si no hablamos en la calle con cualquier desconocido ¿por qué lo hacemos en Internet? En la sección “Vídeos” puedes encontrar más ejemplos al respecto.
3. Dar por qués: favorecer el diálogo
Es fundamental enteder las necesidades de los alumnos interactivos y la mejor manera es hablar con ellos. Una buena oportunidad es explicar por qué nos gusta que utilicen una determinada web o por qué la escuela posee normas respecto a los celulares. Estar de acuerdo o no será libre, pero hemos sembrado un pequeño argumento que pueden llegar a entender.
4. Implicarse
Educar en las pantallas exige el conocimiento de las herramientas existentes para poder solucionar dudas en el aula. Para ello es recomendable usar la tecnología y comprender sus usos, sus oportunidades y sus retos perdiendo el miedo a lo desconocido e incluso comentiendo un error y buscando la mejor solución. En definitiva, pongámonos en la piel de la Generación Interactiva.
5. El ejemplo, el mejor consejo
Los niños y adolescentes son imitadores en potencia. Aquello que ven, lo hacen. Entonces, ¿por qué no acompañamos a la Generación Interactiva mostrándoles cómo usamos correctamente las nuevas tecnologías?
No hay comentarios:
Publicar un comentario