Colectivos de padres de alumnos y sindicatos de docentes señalan a la saturación de alumnos en las aulas de algunos colegios y al alto nivel de itinerancia del profesorado que ejerce en zonas con menor población, como las principales problemáticas que deberá abordar el sistema educativo del Bajo Aragón Histórico durante el próximo curso académico 2011-2012.
Desde el área de educación del sindicato UGT en Andorra-Sierra de Arcos, la preocupación se centra en que se sobrepase ampliamente el ratio de alumnos recomendado por el Gobierno de Aragón, una tasa que actualmente se sitúa en 22 escolares por aula. «En zonas como Andorra, creemos que se puede llegar a 25 ó 27 alumnos en algunas aulas, por lo que podrían estar sobrecargadas», explicó su representante, Gonzalo Folch.
A juicio de Folch, la crisis económica agrava la situación en ese aspecto, ya que resulta un freno a la hora de que se produzca un mayor número de contrataciones de personal docente. «Nos tememos que haya recortes de plantillas», dijo. «Lo que pasa es que, aduciendo el argumento de que hay falta de matrículas, se quitan maestros, lo que rebaja la calidad de nuestra educación», explicó.
La crisis agrava la situación
En la misma línea que UGT, desde la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón (FAPAR), también se muestran preocupados por la «falta de inversión» en el ámbito educativo. «Pensamos que ahora, las instituciones pueden retraerse a la hora de invertir en infraestructuras», aseguró la secretaria provincial de la agrupación en Teruel, María José Izquierdo.
No obstante, desde FAPAR prefieren esperar al inicio del próximo curso para realizar valoraciones en cuanto a la posible saturación en las aulas. «Se ha subido un 10% el ratio, por lo que debemos esperar a septiembre para ver cómo queda la situación en las aulas; no obstante, la crisis no ayuda», comentó María José Izquierdo.
La otra gran dificultad a la que también se tiene que enfrentar el colectivo del profesorado en la zona, va ligada a la itinerancia de algunos de los docentes, una figura que, además, ya está reconocida. Normalmente, se trata de profesores que imparten materias específicas (educación física, o música, entre otros). «El problema que se suelen encontrar este tipo de profesores es que las condiciones laborales son invariables, mientras que los precios de los combustibles no lo son, por lo que suelen pedir la actualización de los pagos», detalló Folch.
Las situaciones de itinerancia siguen generando, dentro del colectivo sindical de profesores, un nivel de preocupación alto, puesto que en la provincia de Teruel, el 60% de los profesores de los Centros Rurales Agrupados (CRA) cambian de colegio cada año, ante la falta de incentivos para quedarse en los pueblos o la cantidad de puestos interinos en esas escuelas, que hacen que la rotación de las plantillas sea elevada.
En la misma línea se mostró la representante de FAPAR -Izquierdo- , de cara a las «carencias» en el terreno de la inversión, ya que cree que también puede afectar en otros aspectos, como la llegada de más maestros. «La contratación se puede ver afectada», coincidió Izquierdo con los representantes de UGT. «Hay zonas poco pobladas en las que las que el profesorado ya está cubierto; el problema es mayor, por ejemplo, en las clases de apoyo a idiomas», concretó María José Izquierdo al respecto.
Al respecto, cabe recordar que en Aragón hay 242 colegios que cuentan con 20 alumnos o menos, de los que Teruel cuenta con una alta representación, con 86.
Por cifras, la Comarca del Bajo Aragón sigue teniendo el mayor número de alumnos solicitantes del primer curso del segundo ciclo de Educación Infantil (307), dentro del Bajo Aragón Histórico, y con una amplia diferencia sobre las demás que se sitúan en el territorio: Bajo Aragón-Caspe (176), Andorra-Sierra de Arcos (93), Matarraña (68) y Bajo Martín (57).
Las notas positivas
Pese a la preocupación por la posible saturación de las aulas en algunas zonas del Bajo Aragón Histórico, en esta zona, no existen otros problemas como la falta de admisiones de alumnos, lo que ocurre en algunas zonas de la provincia de Zaragoza.
En este sentido, en el Bajo Aragón Histórico, hay pocos centros educativos que hayan tenido que dejar fuera de las aulas a alumnos, por un exceso de solicitudes. Tan sólo en Alcañiz, y concretamente en el colegio Juan Lorenzo Palmireno, se ha dado esta circunstancia, donde 9 alumnos han tenido que quedarse fuera de las listas de admitidos, que finalmente han alcanzado la cifra de 23. En este centro, sin embargo, no sufren las consecuencias de saturaciones en las aulas, salvo en los cursos en los que se dan finales de ciclo. «Las repeticiones que se dan estos cursos hacen inevitable que se den este tipo de situaciones, puesto que a estos alumnos han que darles cabida en el centro», comentó la directora, Carmen José Giner. «Éste es un problema que se suele dar, sobre todo, en cuarto y en sexto», comentó al respecto.
El resto de los colegios que están ubicados en localidades con un importante número de habitantes, apenas han tenido problemas para dar cabida a todos los solicitantes de ingreso en las aulas. «Solamente han quedado fuera tres, pero porque habían entregado sus solicitudes fuera de plazo; creo que este año ha sido bueno, si lo comparamos con el pasado, donde sí que quedó algún alumno fuera», comentó la portavoz del Colegio Emilio Díaz de Alcañiz, María Luz Pérez.
Otro de los colegios que, por el volumen de alumnos que tiene, el Juan Ramón Alegre, podría ser susceptible de esta circunstancia, sin embargo, no se han quedado fuera sus solicitantes. Allí, todos los alumnos que entregaron su solicitud dentro de los plazos, han sido admitidos; únicamente quedaron fuera tres que lo habían hecho fuera de ese mismo plazo.
Asimismo, los alumnos que han intentado ingresar en centros de cabeceras de Comarca, ubicados en Valderrobres o Caspe, o en otras como Calanda, no han tenido problemas para lograrlo, pese al su alto número de solicitantes que tenían, como los de Virgen del Pilar (32), Alejo Lorén (95), Vicente Ferrer (21) y el Instituto El Justicia de Aragón, de Alcorisa (47).
Otra de las ventajas con las que cuenta el conjunto de los colegios ubicados en el Bajo Aragón Histórico es la de la falta de irregularidades detectadas en otras provincias aragonesas, referentes a las inscripciones de escolares en centros que no les corresponden, teniendo en cuenta su lugar de residencia. Concretamente, esta circunstancia se había dado recientemente en la provincia de Zaragoza. «Una de las ventajas que tienen las zonas con pocos habitantes es que los vecinos se conocen, y por eso, en los colegios se detecta con mayor facilidad este tipo de intentos, por lo que en los colegios de Teruel no se ha dado ningún caso», detalló al respecto María José Izquierdo. Fuente: La Comarca
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