Ante el
informe presentado por el Consejo Escolar del Estado sobre “La participación de
las familias en la educación escolar. Mirando al futuro”, FAPAR quiere hacer
las siguientes reflexiones
·
Desconocíamos que
se estuviera haciendo este estudio porque no se ha contado ni con la
Confederación (CEAPA) ni con las Federaciones de AMPAS, lo cual nos sorprende.
·
Como positivo
destacamos que se reconozca la importancia y necesidad de la participación de
las familias en la educación escolar de nuestros hijos e hijas.
·
Como negativo
vemos que algunas conclusiones no se ajustan a la realidad que vivimos y que no
debería quedarse en una mera declaración de intenciones.
o
No se ha avanzado
en la legislación que ampare esta participación de las familias en los centros.
Seguimos sin un reconocimiento para poder acudir a las tutorías de nuestros
hijos e hijas (que se pone en muchas veces en horarios inasumibles para las
familias trabajadoras) o a reuniones del centro.
o
No se apoya desde
las Administraciones a las AMPAS para impulsar la formación de las familias.
Esta Federación lleva tres años sin subvención alguna de Educación. Es una
forma de negar la representatividad colectiva de las familias y de menospreciar
el asociacionismo.
o
El consejo
escolar del centro, máximo órgano de participación y gestión del centro ha
pasado a ser meramente informativo y no decisorio con la LOMCE. A este respecto
se nos achaca la escasa participación de las familias en este órgano y en este
sentido y sin intentar excusar la realidad queremos decir que:
§
El problema de la
apatía participativa no es exclusivo de las familias, sino de un contexto
social complejo
§
Somos el mayor
movimiento asociativo existente.
§
En muchas ocasiones,
las familias, no contamos con facilidades para participar: problemas con los
horarios para votar, la falta de información del voto por correo, los horarios
en los que se fijan las reuniones del consejo escolar, unido a que en el seno
de los consejos nos encontramos con: la falta de documentación para las
sesiones, las dificultades para trasladar información de lo acontecido en el
consejo escolar, la desventaja numérica de las familias en el consejo escolar,
la falta de cultura del consenso y que muchas veces las decisiones se tomen por
imposición, es lo que ha contribuido a cuestionar la utilidad de nuestra
participación, etc…
o
Del estudio nos
preocupan especialmente algunas cuestiones.
§
Que se aluda al
rendimiento académico del alumnado vinculándolo al informe PISA 2012 (que
evalúa alumnado de 15 años) sobre matemáticas, concluyendo que es mejor el de
quienes hacen la comida principal con sus familias nos merece las siguientes
reflexiones:
· No cuestionamos la
importancia que tiene para el desarrollo integral de nuestros hijos e hijas (no
solo para su rendimiento académico) la comunicación que establezcamos con ellos
y es muy probable que la falta de implicación que se nos achaca tenga más que
ver con problemas externos (económicos, laborales, formativos, sociales…) que
con la concienciación de que como padres y madres queremos lo mejor para
nuestros hijos e hijas y que nuestras expectativas para ellos son elevadas,
porque esto nosotros no lo ponemos en duda de ninguna familia.
· Querer vincular el rendimiento con la comida en casa,
nos parece sencillamente inasumible. Si nos centramos en la idea de que coman
en casa con sus padres es fantástica, pero parece inasumible por muchas
familias. Por lo tanto, querer responsabilizar a las familias de algo que se
escapa a su control, nos parece profundamente injusto.
· Lo importante no es la cantidad de tiempo que
dedicamos a nuestros hijos e hijas sino la calidad del mismo.
§ Nos preocupa especialmente la idea que se transmite en
todo el estudio referida a la importancia que tiene la ayuda en casa con las
tareas escolares que las familias den a sus hijos e hijas, en Primaria y en
Secundaria, es decir, en la enseñanza obligatoria, porque esta idea anula el
principio fundamental que para nosotros tiene la Escuela como lugar de
compensación de desigualdades y traslada
a las familias responsabilidades para las que pueden no estar preparadas, no
disponer de tiempo o medios económicos para ello, generando brechas importantes
que la Escuela debe compensar y no
generar.
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