El sindicato de enseñanza de CGT en Huesca ha sido el único de la Junta de Personal Docente que no ha apoyado las actuaciones que durante estos días se han desarrollado a favor del llamado "derecho a la elección de jornada en los centros". La jornada escolar, según esta organización y, como consecuencia de ella, la jornada docente, "debe ser establecida atendiendo, en primer lugar, a criterios pedagógicos antes que corporativos". Desde esta organización insisten en que están a favor de "una cierta autonomía" de los centros escolares a la hora de determinar su jornada escolar y que son las "circunstancias muy particulares" las que pueden exigir cambios en el modelo general o más extendido. Sin embargo, detectan que la expresión "libre elección de jornada" se ha convertido en un eufemismo que oculta otra, el posible, "derecho a la jornada continua". A fin de cuentas, recuerdan, los centros escolares disponen en este momento de autonomía para decidir sobre bastantes temas, por ejemplo, los relativos a libro de texto o desarrollo curricular, pero en muy contados casos se hace uso de ella. Esta equiparación entre jornada laboral de los docentes y jornada escolar, "supone implantar en Infantil y Primaria el modelo de la ESO". Un modelo que, aseguran, "funciona mal". Puede ser "aceptable" en Bachillerato y quizás, en 4º de ESO y "con problemas". Los ritmos "acelerados" y que "constriñen" el tiempo perjudican los procesos de enseñanza-aprendizaje y si esto es cierto en ESO, con mucha más razón en Infantil y Primaria. Los niños de estos primeros niveles "necesitan más tiempo libre entre sus grupos de horas lectivas, lo cual impide concentrar en una mañana todas las asignaturas del día", añaden. El modelo de jornada continua "no es adecuado para la escuela rural" y, en el ámbito urbano, "puede generar una discriminación del alumnado de familias más desfavorecidas y con menor capacidad de acceso a actividades extraescolares". (ver art.)
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