FAPAR MUESTRA SU PREOCUPACIÓN POR LA RUPTURA EN LA CONVIVENCIA QUE EL
PROCESO DE IMPLANTACIÓN DE PROYECTOS DE CAMBIO DE TIEMPOS ESCOLARES HA
PROVOCADO EN ALGUNOS CENTROS, AUNQUE VALORA POSITIVAMENTE LA ALTA PARTICIPACIÓN
Y EL DEBATE GENERADO
Concluido el periodo de votaciones de las familias en los
centros que disponían de proyecto para modificar sus tiempos escolares, y a
falta de que el Departamento de Educación facilite los datos definitivos de los
centros que el próximo curso pondrán en marcha dichos proyectos, desde la
Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPAR) queremos
reflexionar sobre el mismo.
Valoramos positivamente:
·
Haber
generado espacios de reflexión y debate sobre educación que, desde el respeto,
siempre ponen en valor la importancia social que la Educación y la Escuela
tienen.
·
El
incremento de la participación de familias, cuyo único referente hasta la
fecha era el de las votaciones para elegir representantes en el Consejo Escolar
y que ha sido ampliamente superado. Esto nos lleva a concluir que las familias
somos capaces de participar cuando se nos facilita y motiva para ello y cuando el objeto de esa participación es de nuestro interés. En
este sentido, desde FAPAR felicitamos a todas las familias que de una u otra forma
se han implicado en el proceso y confiamos en que la Administración en general,
y los centros en particular, pondrán a disposición de las familias los mismos
medios y facilidades para que, a partir de ahora, este nivel de participación
no sea un espejismo sino un punto de partida. Igualmente confiamos en que las
familias mantendrán el mismo nivel de implicación porque ello, sin duda,
redundará en beneficio de toda la comunidad educativa
Valoramos negativamente:
·
La
ruptura de la convivencia que se ha producido en algunos centros educativos y
localidades, donde los enfrentamientos y las faltas de respeto dejan un
panorama difícil de reconstruir. Por eso, hacemos un llamamiento a todos los
miembros de la Comunidad Educativa para que se respeten los resultados, impere
el sentido común y se transmita con ello -fundamentalmente a nuestros hijos e
hijas, a los alumnos y alumnas- que la
Educación es asunto de todos y que entre todos debemos construirla. En el
caso de aquellos centros en los que los proyectos no han sido avalados por la
Administración, los órganos de gestión de los centros (Claustros y Consejos Escolares)
o las familias, hay que entender que se puede seguir trabajando para mejorarlos
en el futuro y que la mejor forma de hacerlo no es fomentar ni mantener la
crispación.
·
El
desprecio que en algunos pocos centros se
ha hecho del Consejo Escolar como órgano de gestión y participación de los
centros educativos, al cuestionar las decisiones adoptadas en su seno.
FAPAR ha proclamado siempre la importancia del Consejo Escolar como espacio
democrático para la toma de decisiones en el que estamos representados todos
los sectores de la Comunidad Educativa del centro, pese a que las familias no dispongamos
de la necesaria representación paritaria con respecto al profesorado. Ésta,
entre otras muchas, ha sido motivo de crítica constante hacia la LOMCE, que
convierte al Consejo Escolar en un órgano meramente informativo. Por eso hemos
asistido con estupor y perplejidad a las críticas y ninguneo en la decisión
adoptada por algún Consejo Escolar y esperamos que la Administración aclare, a
quienes así han actuado, la legitimidad que este órgano tiene, y se mantenga
firme en la trascendencia que el mismo tiene.
·
La
utilización de los proyectos de innovación para justificar un cambio de jornada.
Desde FAPAR hemos reiterado que la
innovación no se improvisa y requiere de la formación del profesorado para
ponerse en marcha, como ya se está desarrollando en casi un centenar de centros de nuestra
Comunidad con el actual horario de mañana y tarde. Por lo tanto, ésta no puede
ser la excusa para un cambio de horarios. La Administración debe ser
contundente en este sentido, apostando por la necesaria innovación
independientemente del horario de los centros.
Finalmente, apelamos a que en el proceso que está a punto de
concluir se respete la norma que actualmente está en vigor, sabiendo que en
futuras convocatorias habrá que revisar y mejorar las garantías del
procedimiento.