(…) Las quejas por el
largo viaje para ir al instituto persisten dos meses después de iniciado el
curso en las familias de los estudiantes de La Ginebrosa y la Cañada de Verich
(en el Mezquín), por un lado, y Guadalaviar y Griegos (Sierra de Albarracín).
En ambos casos, el recorrido se ha alargado al unificarse la línea regular con
la de viajeros y tienen que soportar cada día una hora 20 minutos de ida y otro
tanto de vuelta para poder cursar la ESO. La normativa prohíbe que un alumno
esté más de una hora a bordo del vehículo en cada trayecto, pero hay
excepciones.
La Federación de asociaciones de familias de la escuela
pública (FAPAR) considera que hay margen de mejora para que el transporte
"se desarrolle en las mejores condiciones posibles y en términos de
igualdad".